Reseña

En nuestra infancia, las cosas las vemos con otro cristal, por las situaciones que hemos pasado tenemos sentimientos diferentes. Me adentro en mi mente y corazón para sacar por escrito esas vivencias que cuando era niño estaban presente en mi vida. En algunos casos los personajes crearon en mí: miedo y otros me enseñaron el camino por el cual transitar en mi vida.
Así, pasé muchas cosas en esos tiempos, con mi madre, mi padre, mis hermanos, amiguitos, primos, compañeritos en la escuela, etc. Así también muchas personas adultas pasaron por mi vida; estos fueron mis parientes, mis vecinos, entre los que estaban músicos, agricultores, excombatientes del Chaco, sastres, albañiles, maestras, contadores, futbolistas y otros.
Por los años 1960 más o menos, era una época difícil para vivir en Paraguay, había muchas necesidades, pobreza, se vivía con angustia. Nosotros vivíamos en el barrio Tres Bocas de Villa Elisa; en esa época no había agua ni corriente eléctrica, pocos transportes que circulaban para Asunción y viceversa. En las escuelas las maestras hacían lo posible para dotarnos de una buena educación y sabiduría para que algún día seamos gente de bien, toda vez que dispongamos los medios económicos para ello. La migración de los padres, las madres y hermanos era muy corriente a la ciudad de Buenos Aires en busca de mejores condiciones de vida y proveer dinero a sus familiares.
Yo, no me preocupaba por esas cosas, estaba viviendo mis fantasías infantiles, vivía feliz en esos bosques, arroyos y lagunas, en donde me bañaba y aplacaba los días calurosos o me internaba en los caraguatales para cazar apere’a o tapiti y con la hondita acertar pajaritos con mis amiguitos. A la escuela nos íbamos muy temprano para jugar con las bolitas de cristal, los trompos, pelota, a los cowboy y muchos más juegos, y en ocasiones por desavenencia con los chicos nos enfrascábamos en soki que terminaba con la nariz rota por lo general, pero de esas escaramuzas prontamente nos olvidábamos y estábamos de nuevo jugando juntos.
Relato estas vivencias de mi niñez para resaltar y ensalzar la vida de muchos personajes que van quedando en el olvido, por no ser héroes civiles o militares como el Mariscal López o Mariscal Estigarribia. Sin embargo, ellos también, hombres y mujeres dejaron sus huellas, peleando en la guerra contra Bolivia, labrando la tierra después, haciendo más llevadera la vida de sus compatriotas; porque ellos no tienen quien escriba su historia y sin embargo, pasaron sus vidas transitando el suelo caluroso de nuestro país, dejando ejemplo de vida y senderos por donde debemos caminar.
Estos personajes en su mayoría vivían en la ciudad de Villa Elisa, en esa época no había televisor, muy pocas familias tenían radio transistor, por ese motivo la gente creaban sus diversiones de manera a pasar bien sus horas de ocio. Existieron personajes simpáticos y agradables, quienes esparcían alegrías por doquier. Otros organizaban carrera a pie, juego de barajas, volada de pandorgas, trompo korá, bolita bolita, sortija sobre caballo, lotería por carne de chancho y muchos otros juegos, con el fin de hacer llevaderos los días libres y disipar el cansancio diario.
Pongo en sus manos estas vivencias de mi infancia, desgranadas en papel, tal vez similares a otras regiones de mi país, que siempre serán parecidas por ser parte de nuestra cultura muy particular en relación a otras; así como nuestros compatriotas tienen su forma de ser peculiar, tanto que podemos identificarlo en cualquier lugar del mundo.