Reseña

La presencia de las nuevas tecnologías ha transformado las vidas de las personas de una manera que hubiera sido inimaginable hace tan solo 20 años atrás.
La celeridad de las innovaciones y su irrigación en todos los ámbitos que permean la cultura y la sociedad han producido un cambio tan profundo en los modos de vida que aún no es posible visibilizar sus alcances ni prever el impacto de la escalada en los próximos años (Manovich, 2006: 53-103). Es importante entrever que los cambios tecnológicos de la era digital han afectado todas las capas de la sociedad y los saberes disciplinares tanto en su forma de comunicación como en la producción de conocimientos.
No ha quedado una sola esfera de la vida y del mundo en donde la tecnología no haya impactado, ya sea por su presencia o por su ausencia (bajo los signos de la exclusión).
La necesidad de incluir las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las escuelas ha sido una prioridad de muchos Estados, con la intención de generar condiciones de equidad para su
apropiación. Sin embargo, en el país esa cobertura sigue en ciernes, habida cuenta, también, de esas experiencias en donde la conectividad ha sido un fracaso por problemas estructurales, técnicos y/o
de infraestructura.
El proyecto Nuevas formas de aprender en red se desarrolló dando continuidad a un proyecto llevado adelante en el 2015 en escuelas públicas de Areguá, iniciativa compartida con la escuela comunitaria
Kunumi Arete, denominado Prácticas didáctico-pedagógicas innovadoras en escuelas públicas cuyo objetivo fue generar procesos de reflexión y aprendizaje sobre las prácticas pedagógicas en diálogo con otras propuestas filosófico-pedagógicas.
En ese marco el proyecto Nuevas formas de aprender en red ha sido planteado como un proceso de investigación acción, dado que buscó aportar a la transformación de las prácticas pedagógicas (con el fin de que los medios tecnológicos sean una herramienta para introducir innovaciones que propicien el aprendizaje significativo) a través de la producción de conocimiento, la acción, la reflexión sobre las mismas, implicando en los distintos momentos del proceso a las y los docentes involucrados, para generar nuevas prácticas y nuevos conocimientos.
La investigación acción en educación posibilita que las y los educadores, partiendo de su propia experiencia, analicen críticamente su realidad (en este caso su práctica pedagógica), se sensibilicen ante ella, y
generen ante estos hallazgos nuevas formas de hacer que transformen sus prácticas, todo ello a la luz de un marco teórico que se enriquece nuevamente con la producción de los conocimientos generados
en el proceso.