Reseña

... palabra oportuna y siempre llena de sabidurías, de aquellas que en vez de herir y destruir han sabido mitigar y sanar los dolores de tantos silencios oprobiosos como infames, edificando desde la reflexión y el pensamiento un humanismo solidario y con esperanzas".
Tito Jara
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Un conjunto de emociones y sentimientos que nos llevan a conocer y aprender -como dice el autor-, a través de la palabra escrita, para que sea memoria y no olvido. Conocer y aprender, por ejemplo, que la comunicación es un derecho humano fundamental: "el derecho de comunicar y el derecho de recibir una comunicación veraz y objetiva".
Beatriz Pompa. Comunicadora
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Escuchaba en Radio Concepción los comentarios de Ladislao. Me inspiró, despertó en mí el interés por los medios de comunicación. Crecí escuchándolo, mi padre no se perdía sus comentarios del mediodía. Ya en Asunción lo volví a encontrar, también a Nila López, Víctor Benitez y Carlos Colombino. Aprecié su labor docente y su rol directivo en Cáritas. Por fin llegó su libro y un honor para mí estar ahí, abriendo la puerta de esta entrega inmensa, con el esplendor de esta imagen.
Ray Armele. Comunicador. Audiovisualista
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La obra refleja su gran sensibilidad y compromiso ante los atropellos de los derechos humanos. Entre sus variados temas, no podía soslayar el derecho a la tierra, el “atropello humillante” de la colonia campesina Guahory, arrasada por la policía en beneficio de colonos brasileños en el 2016. Resalta el conmovedor relato de la resistencia de una madre campesina que con gran coraje decide no abandonar su rancho ante la mirada incomprensible de sus hijos pequeños. Su narrativa representa la memoria social para una sociedad acostumbrada a olvidar rápidamente su historia.
Salustiana Caballero. Socióloga, comunicadora, investigadora
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Conocí a Ladislao Mello en Concepción, en 1978. Yo era periodista de Sendero y fui a cubrir una reunión de la Conferencia Episcopal realizaba en la ciudad norteña. Uno de los anfitriones de ésa reunión fue el Dr. Pedro Russo, médico, de larga y generosa labor, persona dotada de valentía y valores democráticos. El anfitrión natural fue el admirado Mons. Aníbal Maricevich. Ladislao cumplía funciones en Radio Concepción, colega al que acudí para conocer más de la realidad de ésa ciudad tan odiada por el régimen. Hablamos de la gente, de la rica historia de ésa comunidad. Más adelante, Ladislao se destacó en la comunicación alternativa. Su mirada es amplia y comprometida con la realidad social de nuestro pueblo, en el contexto latinoamericano, con una perspectiva histórica que sólo los años pueden dar. De allí mi admiración y amistad hacia éste querido comunicador.
Antonio V. Pecci. Periodista e investigador.
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En sus páginas uno ve a un hombre sensato, valiente y, sobre todo, alguien que tiene algo que revelar, que aportar y que cautiva desde la primera palabra. Me quedo con esta hermosa frase que define la riqueza de esta obra que habla del deseo de “compartir a través de los escritos la vivencia y la visión de alguien que desde un origen muy humilde se sintió llamado a servir desde la comunicación y la docencia abriéndose paso, con errores y dificultades, en un tiempo difícil coincidente con la vigencia de la tiranía” Espero mi querido Mello que sea el inicio de grandes regalos para los que amamos el apasionante mundo que los libros revelan.
Evelia Meza, comunicadora, investigadora, escritora.