Reforma agraria para el arraigo
En Paraguay funciona el arraigo a la perfección, es como vivir en el paraíso, pero es para los extranjeros pro-pietarios de latifundios cuyos orígenes y trámites de ad-quisición, deben ser estudiado e investigados porque ya no estamos en la era de la inquisición. A los compatriotas paraguayos se les promete siempre en épocas elecciona-rias, tierra y asistencia, sin embargo, esa tierra prometida, no se le otorga en cantidad y calidad (fertilidad) necesa-ria, a pesar de que son los verdaderos y genuinos dueños porque nacieron, crecieron en el país y necesitan ese pe-dazo de suelo para sembrar y ganarse la vida él y su fami-lia. Lastimosamente son ellos víctimas del desarraigo de-bido a la falta de una política agraria adecuada a la reali-dad y necesidad nuestra y es por eso que el arraigo en Paraguay funciona para los grandes terratenientes, gran-des productores de oleaginosas, que en su mayoría no son compatriotas, sino, menonitas o brasileros generalmente. Como una forma de analizar nuestra situación como campesinos, como pequeños productores, como familias que sobrevivimos gracias a una parcela de tierra, aunque el 90% de nuestros suelos no son aptos para la agricultura y para más, sin las mínimas condiciones y peor todavía, sin título de propiedad, que asegure bienestar espiritual, moral y corporal al campesino. Por eso hemos decidido elaborar detenidamente esta obra modesta por cierto, pero con la mejor intención de abrir un sincero debate de la situación formal de nuestros labriegos del campo.