Día tercero
Fernando Cañete, arquitecto de profesión y poeta de espíritu, se atreve a lanzar este compendio de textos poéticos que relatan de manera dolorosa y liberadora, su transitar por los terrenos ajenos del desapego, la exploración y la aceptación, hallando su propio territorio. El autor construye su relato, día tercero, utilizando las marcas que el mormonismo, una relación áspera con su padre y sus coqueteos con lo impropio, le dejaron en la piel.
El poemario se compone de tres movimientos: el virus de la palabra, malaventuranzas y lo ajeno; acompañados de ilustraciones elaboradas por el autor. La obra se redacta con un lenguaje crudo, sin signos de puntuación y sin pretensiones estilísticas, casi como balbuceos de un niño interior.