Un dragón en mi ventana
Aquella noche de un inusual y cálido invierno, las estrellas titilaban deslumbrantes a orilla del lago Nomeolvides, situado en la pintoresca comarca de Teterazul, cuyo nombre derivaba de una vieja tetera azul, que servía de hogar a la familia Ratonelli. Filemón, el papá ratón, Amapola, la mamá ratona y sus dos hijitos se hallaban contemplando la lluvia de estrellas llamada Perseidas. Ya tarde, retornaron a su casita y se dispusieron a dormir, pero entonces vieron a través del vidrio
opaco un bulto extraño que se movía del otro lado de la ventana.
Para sorpresa de todos, hallaron allí a un bebé dragón llamado Segismundo, quien se presentó como el dragón que recorre el
mundo. El problema era que una prolongada sequía se extendía por Teterazul, la comarca lindante de Frutillarroja y Valledragón. La única que podría solucionar aquello era la Maga de la Lluvia. Pero había que ir a buscarla y pedirle que enviara las nubes con el preciado líquido para hacer renacer las cosechas de esa región, ahora casi cubierta por el polvo y la aridez. Entonces, los dos ratoncitos y el dragón decidieron salir en busca de la Maga, iniciando así, una sucesión de aventuras que los llevarían a recorrer los lugares más insólitos y a conocer a los personajes
más fantásticos que uno pudiera imaginar. ¿Lograrán nuestros intrépidos amigos cumplir con su misión? Pequeño lector: te invito a adentrarte en las coloridas páginas de este librito para disfrutar de su apasionante lectura y develar la incógnita.