Diplomacia de defensa en el Paraguay, un concepto a profundizar. Análisis, desafíos y oportunidades
La obra del embajador Justo Apodaca, a prima facie, evoca en mí el trabajo de investigación de Francisco Pérez Acosta sobre el envío de los contingentes paraguayos en las invasiones inglesas de 1806 y 1807.
Al decir del Dr. Leandro Prieto Yegros en su presentación: “tiene el innegable mérito de fortalecer la tesis de que siempre el Paraguay prestó valiosa ayuda al Rio de la Plata, fundando ciudades, brindando su apoyo en alimentos y derramando la sangre de sus soldados para la defensa, en los días de angustia”, y es en esa línea de pensamiento en que se circunscribe el presente aporte intelectual, ya no para la guerra, sino para la paz, pues se constituye en una novedosa e importante propuesta que denota continuidad y coherencia con esa cualidad histórica de pacifica solidaridad internacional que siempre caracterizó a nuestra nación, desde los albores de su formación.
El finado Oscar Paciello, en un artículo sobre geopolítica continental advertía que: “la doctrina de la integración, con todas sus ventajas no puede marginar las enseñanzas de la historia y la geografía”.
En ese sentido, el autor trae a colación el tiempo de los López:
“En general durante el gobierno del Doctor Carlos Antonio López, el prestigio del Paraguay independiente se ha reflejado en su pujanza de desarrollo en todas las áreas del quehacer nacional.Por otro lado, el Mariscal Francisco Solano López dio mues-tras de la alta estatura político estratégica del Paraguay, actuando en el año 1859, como mediador en el conflicto entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires.
Una institución que se ha encargado siempre de levantar el prestigio y la proyección del país son las Fuerzas Armadas de la Nación…”
Nos enseña la historia que la institución castrense con sus acciones y sacrificios, en vínculo con las relaciones internacionales desarrolladas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, han reves-tido de gloria y honra en favor de nuestro país en numerosas oca-siones.
Durante el siglo XX las investigaciones sobre el proceso de nuestra independencia, el gobierno de los López, la Guerra de la Triple Alianza y del Chaco, acoplaron, así como también, produje-ron importante material y literatura al respecto.
El Paraguay con sus hechos históricos y presentes demuestra al mundo su vocación americanista y universal, situándose en una posición estratégica.
Principalmente en la Cuenca del Plata. Esta esencia nacional es hasta hoy invariable, por lo que es acertado seguir manteniéndola y fortaleciéndola a través de políticas, en este caso de índole exterior, que la ubiquen a la altura de los acontecimientos y de su época.El embajador Apodaca, diplomático de trayectoria y experien-cia, nos presenta en este trabajo una proposición innovadora que otorga nuevos roles, devenidos del concepto de diplomacia de la defensa, para instituciones como el Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Defensa y Fuerzas Armadas, las cuales, según el planteamiento, podrían establecer en conjunto una dinámica generadora de un nuevo impulso en el que el protagonismo del Para-guay en el ámbito de las naciones hermanas, origine ponderables resultados en base a reciprocas relaciones para beneficio mutuo en particular, y como corolario, para toda la humanidad en general.
Leandro Prieto Ruiz1