En la misión del Juez
Juramos desempeñarnos con fidelidad a la Constitución y las leyes, independientes de todo poder o influencia extraña a una recta justicia. Gestar un cambio y progreso dentro del poder judicial en las circunstancias reinantes sólo sería posible mediante un tenaz trabajo personal en colaboración con los buenos funcionarios del juzgado.
Nos decidimos a escribir sobre algunas de las experiencias vividas como juez, las que pudimos rescatar de la memoria, y, asimismo, expresar algunas reflexiones nacidas de esas peculiares vivencias, porque el silencio solo contribuirá a su olvido o falsificación.
No individualizo por su nombre a los protagonistas de los hechos que relatamos, cuando estos son reprochables, salvo algunas excepciones, porque sólo nos importa describir las acciones, pensarlas y extraer de ellas una enseñanza. En los años de magistratura aprendimos más de la ciencia jurídica y el arte de juzgar, pero aún más sobre la importancia de amar con pasión, sueños e ideales la profesión u oficio que abrazamos para que dé buenos frutos.