Reseña

La causalidad metafísica de todo ente material pareciera incurrir en una
paradoja al permitir que todos los sentidos del ser humanos sean capaces de capturar objetos y eventos tan reales que no requieren de un
cuestionamiento a los principios fundamentales que componen el universo entero, todo resulta más plácido entretener al juicio con principios aberrantes como la concepción de una idea rudimentaria de
que toda la arquitectura cósmica y terrenal siempre han permanecido inmutable a los cambios y seguiría en aquellas condiciones hasta un infinito predeterminado.
Todas las dimensiones cósmicas están sujetas a fenómenos cíclicos que se ejecutan desde una eternidad trascendental. Los efectos no son percibidos por mentes ordinarias que apenas proyectan una inferencia exhaustiva hacia los fenómenos que ocurren más allá de un horizonte finito. Solo los iluminados pueden despertarse en una fase cíclica y descubrir el misterio que sepulta cada ciclo cósmico.
La ficción en cuestión asume el cometido de generar una noción más realista de los hechos abstractos en la que se desarrolla la dinámica social.
Plantea los principios de fenómenos como el folclore, la religión y la ciencia que se fusionan y envuelven a la mente en una vana reacción
costumbrista basados en estímulos ordinarios y recurrentes.
El lector como cocreador de la obra puede disponer de un juicio más objetivo para cuestionar todas las leyes naturales que rigen la dimensión mundana para proyectar así un criterio más asertivo hacia el plano de lo sobrenatural como el origen de la vida misma y la dimensión a la que van destinadas todos los entes vivos después de la muerte.