Senderos hacia la luz
En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y la tierra estaba desordenada y vacía. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.
Dijo Dios: “Haya luz”, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz “Día” y a las tinieblas “Noche”.
Atardeció y amaneció: fue el día Primero'.
Con estas palabras del Génesis se da inicio a la creación y a la aventura humana, en este mundo tan fascinante, hecho por la Luz y para la Luz. Esa misma Luz que penetró en las tinieblas, vuelve a pedir la palabra para volver a iluminar este nuevo milenio que acabamos de iniciar.
Antes de aparecer la luz, el autor del Génesis manifiesta: todo era confusión y no había orden en la tierra”.