Cascadas de Pluma Guaraní
Hay un tiempo y un lugar para cada cosa, también para nosotros. Pero no hay mejor momento que esa hora de la creación. Ese minuto, ese pequeño instante que se eterniza en un papel. Y luego, ya con el ritmo, con ese acento único, inconfundible, se convierte en el más dulce fruto, la flor; la experiencia, en vida; el alma, en poesía...
No hay mejor espacio para un encuentro que este. Podrá haber otras estrellas, satélites artificiales, pero nuestra galaxia reúne las constelaciones naturales más brillantes, desde todos los rincones del país, aun saltando las fronteras a otras latitudes. Este pequeño y penetrante rayo de luz quiere llegar a iluminar al oscuro planeta, escondido en la sombra de extrañas esferas celestes.
Pluma Guaraní ha recorrido por caminos, tal vez transitados por muchos, pe-ro ha tomado su identidad literaria abriendo su propio sendero, desde los prime-ros pasos virtuales, fijando la mirada en todas las direcciones y poniéndose en contacto con escritores consagrados; con los poetas, músicos y artistas de distintos géneros y estilos; con los nuevos poetas que no habían visto aún sus tesoros impresos; con aquellos artistas aéreos que jamás han abandonado su sueño y con aquellos que creen en una literatura paraguaya unificada, de autores populares surgidos mayoritariamente en el campo, entre los húmedos surcos y la simiente, entre las doradas espigas del maizal y los huevos de oro de los sentimientos, puramente campesino.
Aquí, en Cascadas de Pluma Guaraní vuelven a plasmar su sello indeleble cincuenta poetas, como en el Tesoro Oculto de la Segunda Antología, algunos vienen desde la Primera Antología, sin pausa, cuando era todo un sueño llegar a esta instancia. En este material encontrarán doscientos cincuenta poemas de cincuenta autores, algunos muy conocidos, y otros, que surgen quizás en el mismo barrio, en la misma ciudad, y lo más bello, hablando en el mismo lenguaje del lector, expresando, contando y cantando sus mismas peripecias y sus mismos sentimientos.
Así como la naturaleza se viste de flores en la primavera y no se puede acallar el himno sonoro de las aves que lo alaban, así también en la concepción de esta nueva antología se unen los valores artísticos de una cultura auténticamente nacional. Una mezcla de conocimientos, adquiridos de grandes maestros, de escuelas y corrientes literarias externas, y un estilo propio basado en la experiencia de cada uno, de cada pueblo. Una literatura que abarca dos aspectos fundamentales, lo social y lo psicológico. Uno que surge de las reuniones, de los encuentros de amigos, de las vivencias cotidianas…, y el otro, que nace de lo más profundo del sentimiento y de la expresión del medio ambiente, de esa pintura original que trasciende la mirada humana, para introducirse en el corazón del artista paraguayo.
La expresión y el sentimiento de una generación no se puede enmudecer, no se debe quedar en el anonimato. Cuando se imprime una letra, germina la semilla de una cultura y florece un árbol, acaso abandonado en el desierto. Cuando el país cayó en la desgracia, se supo levantar gracias a la pluma guaraní, a esos cultores populares, a esos músicos y poetas que elevaron nuestra literatura a la altura de otros países del continente, algunos cruzando nuestras fronteras, y otros, batallan-do en su tierra para desenterrar el diamante oculto de nuestra cultura ancestral. Surgieron revistas, semanarios y diarios, en cuyas páginas desfilaban los jóvenes que querían publicar sus obras, eran los días del modernismo paraguayo. Así también los integrantes de Pluma Guaraní se manifiestan con sus obras para pintar el momento con un matiz propio y extender el paisaje literario del país hacia un mundo, conocido, pero opacado por el bullicio de la sociedad actual.
En una época en que la necesidad de una buena lectura es muy urgente, se concreta esta nueva antología. Queda en las manos fértiles de los niños, en los corazones más sensibles de los jóvenes y en los ojos críticos de los mayores, aspirar el aroma de cada flor de este bello jardín y conquistar esta selva virgen llamada Cascadas de Pluma Guaraní.