Reseña

Escribo porque soy parte de algo que está funcionando en contradicción a cualquier modelo ejemplar; soy empresario y hace tiempo esto me produce un estado de inquietud. Sé que juntos podemos hacer algo completamente distinto, pero es necesario sentarnos a escuchar y nuestra agenda tal vez cambie.

En «nuestras narices» el crecimiento económico y las políticas públicas siguen disociadas del ser humano y no solo en Latinoamérica; tenemos fallas estructurales y estamos haciendo agua por todos lados. Todos sabemos que el «fin supremo» de cualquier ciencia o tecnología es contribuir al Desarrollo Humano, asegurando que cada persona pueda elegir «ser artífice» de su destino. Pero la idea es hacerlo juntos, porque lo que perseguimos involucra indefectiblemente a todos sin distinción.

Para progresar juntos existe un elemento clave, uno que nos aglutina y nos hace a todos participantes genuinos del proyecto: el Empleo. Sean públicos o privados, los puestos de trabajo significan obligatoriamente algo para lograr este (antiguo) proyecto modernista.

Sé que todos tenemos buenas intenciones con nuestras estrategias organizacionales, innovadoras ideas de negocio. Ahora bien, el fenómeno parece ser, que aún con las mejores intenciones, las personas, los empleos, los Gobiernos, es decir, juntos podemos estar haciendo daño sin siquiera saberlo.

No busco solucionar lo que no funciona, porque no creo que existan formas exclusivas de hacer negocios, economía, progreso y democracias.