Reseña

Una de las labores menos conocidas, en cualquier conflicto armado, es la llevada a cabo –generalmente–, por ignotos personajes metidos en una habitación, al lado de una mesa, con una máquina de escribir o lápiz y papel, auscultando atentamente un aparato de radiotransmisión para captar las comunicaciones del enemigo y luego descifrarlas. Estos son los radioperadores y los criptógrafos, cada uno de ellos con una parte importante en el hecho.