Reseña

Marzo lleva consigo un día muy significativo, donde la lucha intensa y extrema, como triste consecuencia del abuso, ha bautizado una fecha sensiblemente memorable, pero con fuerza de orgullo: «8M», 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, desde aquella vez cambió la historia para siempre y los derechos dejaron de estancarse en la viga del sometimiento.
La protagonista de esta aventura es el reflejo de la superación, donde llegó a cumplir su sueño de encabezar un proyecto grande donde únicamente estaba a cargo de un hombre para dirigir a exclusivamente hombres. Con la llegada de la mujer al frente ha causado mucho asombro y emoción en la gente, donde ha demostrado disciplina y aptitud para triunfar influyendo positivamente en sus dirigidos.
Esta historia romántica, en proporción y profundidad, traza la elocuencia de la lealtad, una vivaz furia entre el amor y la esperanza. Destaca ante todo la paciencia, esa espera que se eterniza en los tiempos donde aún escaseaba la tecnología para la fluida comunicación como los mensajes espontáneos, por ejemplo y especialmente.
Resalta el amor puro, de los bellos, de esos que nacen en una mirada y acelera los impulsos, de esos que cuando se da la palabra se cumple, de esos que no se distraen por esporádicas circunstancias, que sabe esperar a pesar de la distancia y las dificultades donde siempre intervienen los malos ojos y las lenguas colgadas para juzgar. En fin, el amor todo lo puede y todo lo soporta, es bíblico.
A pesar del gran paso como mujer, aún prevalece la incidencia del miedo, el silencio, la inseguridad interna para confesar realidades irreversibles; y ante las vicisitudes e incertidumbres, el tiempo y la distancia, el amor vuelve a ser amor como premio a la rectitud.
Esta aventura trasladará al lector a un mundo imaginario de grandes proezas, sentimientos, giros inesperados y un final atrapante; el deguste: desde un público adolescente hasta los que mecen nuevamente sus recuerdos en aquellas épocas que no han de volver.
Eugenia Rojas, con su sutil pluma y una narrativa fluidamente cautivante, nos deleita con el sentir del corazón, una obra que combina historia con versos, lo que le convierte en una creación que goza de una brevedad colmada de amor sublime y puro, de un nostálgico sentir donde la protagonista invoca empatía y se vuelve involuntaria la solidaridad del lector y la lectora. Esta pluma es trazada con el peso de dos banderas, de dos símbolos aunados en un mismo sentir, para ella a Argentina y Paraguay no los separa ninguna frontera, ella es única desde ambos pueblos, como así también su pluma se complace con la hermandad de lectores.

Freddy Eduardo Gómez