Nubes y luna
Llegamos al final del camino, fue largo, árido, refrescante y florido, solo queda cruzar el Jordán que unirá por siempre nuestras vidas.
Juntos, en arenas ardientes dejamos las huellas de nuestras sombras
dibujadas en el desierto, no se las llevaron las lluvias ni vientos de este tiempo… Largo tiempo, no puedo decir que mi vida fue un concierto que quedó en el preludio, la sinfonía sonó completa, solo me faltó el coro,
con el cual estrenó la orquesta… Nuestra orquesta.
Hubo melodías solo tuyas y mías, que sonaron hondas, vibrantes como árboles silvestres, junto al puro bosque en verdes pasturas, de inmortal locura.