La primera estrella y otros poemas
En ocasión de la poesía de Sofía Raquel Fernández Casabianca...
Siempre agradezco el privilegio de que mis palabras puedan formar parte de alguna obra, porque una opinión, una dedicatoria, un prefacio o un prólogo, en su caso, son un esencial punto de coincidencia con el escritor, en el cual se accede como prima ratio a la decisión maravillosa de donar un nuevo mundo aun inexplorado, porque cada libro es un mundo:
Me gusta la intimidad de la pluma de Sofía Raquel, se vislumbra un delicado velo que arropa el desnudo de poeta que se trasluce en sus letras casi como una revelación; es porque estamos acostumbrados a leerle a una Sofía narradora, sin embargo, su magia nos sacude en esta ocasión regalándonos sublimes versos, libres, pero prolíficamente construidos, como quien no pue-de desprenderse del todo de la disciplina de una prosa bien hecha. En sus liras leemos realidad, cotidianeidad y también fantasía, ese es el encanto de la poesía, nos permite ser nosotros mismos mientras podemos volar.
Celebro que estos versos cuenten historias a veces crudas sin dejar de soñar, porque nos reconocemos en ellas a través de las confrontaciones de la poeta cuando reniega de las injusticias, las desigualdades, el exilio forzoso y luego describe el Techaga´u del que está lejos de su patria, se resigna tras una Esquiva verdad, pero no pierde las esperanzas cuando con su silenciosa alma escudriña en su fe más profunda un Viernes santo, ora en El Oratorio de la Cumbrera y se apropia del mismo Jesús, evocando a María, madre, o explorando su nostalgia en Mensaje de Amor. El ácido de una Lluvia gris no oculta el egoísmo de querer contemplarla solo para sí un 21 de marzo que nunca pasará desapercibido.
Así nomás, hay veces que las Noches en vela nos roban furtivas lágrimas que claudican ante el inolvidable Beso azul o la emoción de ese primer beso en primavera que nos abre las puertas del amor. Sofía rinde homenaje a sus recuerdos en breves y nutridos versos, habla de sus añoranzas, de la gastronomía, de la naturaleza, de la luna, de la seducción, casi en ese orden. De pronto rememora sentimientos del pasado y se describe en el presente simultáneamente, juega con las palabras con la pericia de quien hace lo que sabe, habla de Borges, de su tía, de su madre, de Enzo, nos lleva de viaje, nos devuelve con la velocidad y el cosquilleo de un tobogán, para declararse ella misma irreductiblemente cien por ciento poeta en el último verso:
“…Me vi
a mí
y vi
que yo era
simplemente
una loca más
del montón”
(fragmento de Una loca más, Sofía Raquel)
Simultaneidade
- Eu amo o mundo! Eu detesto o mundo! Eu creio em Deus! Deus é um ab-surdo! Eu vou me matar! Eu quero viver!
- Você é louco?
- Não, sou poeta
(Mario Quintana)
¡Gracias, querida Sofía por esta oportunidad! ¡Éxitos!
Estela Kobs