El Pyrague
Informante de obispos, frailes y jesuitas
Uno de los principales mecanismos de los sistemas de poder de las dictaduras latinoamericanas durante la Guerra Fría, fue la aspiración del control total de la información por parte de las Fuerzas Arma-das y de Orden. Para la efectiva puesta en marcha de esta política de dominación interna, la figura del informante o delator, en clave paraguaya, del pyrague, representa al fiel ejecutor multiplicado al infinito en diversas redes de espionaje, cumpliendo el rol de relevar informes escritos a espaldas de sus víctimas para los detentadores del terror policiaco. Porque control y terror durante el estronismo (1954-1989) representan conceptos paralelos para comprender a los agentes de los aparatos represores temporalmente más consolida-dos en el corazón del Cono Sur. Favorablemente para la historiografía, olvidaron borrar las huellas de sus crímenes que han quedado en el Museo de la Justicia. Cen-tro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos (M-CDyA), más conocido como “Archivo del Terror” donde la Dra. Margarita Durán Estragó se nutre para dar vida a la siniestra figura del “Lic. Prof. Arcadio Martínez Espinoza”, de-lator por más de 15 años al servicio de los aparatos represivos del Paraguay, quien ingresa a la negra lista de otros colaboradores del terrorismo de estado latinoamericano, como Amodio Pérez, el Fan-ta o la Flaca Alejandra.