Contar lo pintado
memorias decantadas para leer o escuchar
Este libro no es para vos si sos millennial, tus ritmos son los de TikTok o todo lo querés condensado en dos minutos: te vas a aburrir. Tampoco podrás entender por qué gastar tiempo en revivir recuerdos. Revisitar el pasado habiendo mucho futuro y una memoria clara no tiene sentido, los recuerdos son aún cortos, el futuro te distrae y el presente está siempre en movimiento. Te recomiendo esperar cincuenta años y después darle una oportunidad.
Estos escritos tampoco funcionan para pasar por ellos rápidamente, queriendo llegar al final; en ellos no ocurren aventuras ni intrigas policiales, no hay una trama que se entreteja página a página y lleve a una emoción in crescendo, a una conclusión.
Nacemos, en mi opinión, dos veces. La segunda nos parimos a nosotros mismos. Los que nacen una sola vez morirán sin haber vivido su propia vida. Nos hacemos con lo que quedó, con lo que quisimos y pudimos salvar de la primera existencia, lo que elegimos para ser. Y, libres de expectativas ajenas o funciones obligatorias, nos vamos pareciendo cada vez más a nosotros mismos. Es desde ese lugar, mirando hacia atrás, que sabemos en qué momentos y circunstancias nos fuimos haciendo, fortaleciendo, independizando; reconocemos momentos que fueron determinantes en nuestro camino de descubrimiento y aceptación. Valoramos esos cimientos que nos quedaron como monolitos conmemorativos. Y ahí le vemos sentido al pasado, lo revisitamos con gusto, encontrando siempre algo nuevo, como quien camina todos los días en su propio jardín.