Muerta, al fin
Hay cuentos que no se escriben, se respiran
Ana María Velázquez nos invita en «Muerta, al fin», a una narrativa cautivante, donde cada página exhala sentimientos tan sublimes como el amor que se niega a caer en el olvido. La vida y la muerte –esa dualidad que persigue nuestra existencia–, se entrelazan con el apego, el inconformismo, que nos hace tan humanos.
María José, la protagonista, con su voz íntima y confesional, nos relata la búsqueda de paz, el deseo de un cierre a su identidad, y se enfrenta a episodios delicadamente elaborados con alto contenido emocional. El amor como luz, como abrazo, como persistencia. La soledad, el encierro como cárcel.
Heidi Anushka Almeida