Reseña

El siglo XX, un laboratorio filosófico forjado a partir de las guerras mundiales y el colapso de las certezas ilustradas, vivió una profunda fragmentación del pensamiento. Este período se caracterizó por tres revoluciones fundamentales: la fenomenología, que redefinió la relación entre conciencia y mundo; el giro lingüístico, que situó al lenguaje en el centro de la realidad; y la crítica radical al poder, que desentrañó los mecanismos ocultos de dominación. La pugna inicial entre existencialismo y filosofía analítica fue posteriormente cuestionada por el estructuralismo y la hermenéutica, que negaron la autonomía del sujeto y subrayaron la naturaleza histórica de la comprensión. En las últimas décadas, el posestructuralismo y la posmodernidad desmontaron los grandes relatos de progreso, mientras que el feminismo y la teoría crítica ampliaron el debate hacia la identidad y la ética. Lejos de ser un caos, estas corrientes dialogan a través de preguntas comunes sobre la razón, la justicia y el poder, legando un arsenal crítico para navegar el presente, transformando la filosofía de un sistema cerrado en una caja de herramientas para enfrentar el colapso, la tecnología y las nuevas formas de dominación.