 
                            Las huellas del MCC en Villarrica
Todo comienzo tiene un proceso y una historia, especialmente cuando se trata de un proyecto con una misión tan importante como el Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC), una verdadera obra de Dios llevada a cabo por valientes hombres y mujeres guiados por el Espíritu Santo. El objetivo de este movimiento es la conquista de aquellos seres humanos que, desconociendo los principios religiosos, viven una vida alejada de Dios. Gracias a la providencia divina, tienen la oportunidad de un encuentro personal con el Creador, lo que les permite trazar un ideal verdadero a partir de dicho encuentro. Este material es un compendio de datos, información, anécdotas y vivencias de líderes verdaderos que dejaron una huella indeleble en el MCC de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo y Caazapá. Estos elementos son fundamentales para dar aún más relevancia a una de las obras más extraordinarias que debe ser conocida y difundida, inspirando a otros a comprometerse con la misión de conquistar más "soldados para Cristo". El cursillista debe vivir con el gozo exaltante de un Cristo resucitado, ya que de esta manera su vida se convierte en un testimonio constante del evangelio. Ser "kerigmático" significa asumir sus compromisos temporales de manera cristiana, con los pies firmemente plantados en la tierra, pero siempre apuntando hacia el verdadero ideal: la vida eterna. Este movimiento no busca que el cursillista adquiera más conocimiento o hable más de Cristo. Su propósito es mucho más profundo: que cada cursillista, y cada persona que lea este mensaje, valore el esfuerzo y la dedicación de los iniciadores del MCC en nuestra Diócesis. Que, a través de este reconocimiento, se comprometan a encarnar el evangelio, es decir, a vivir como Cristo, acercándose a los necesitados, perdonando a quienes les hieren y amando sin medida