El perchero de las ideas
Periodismo y sueños democráticos
Este libro se denomina el "Perchero de las ideas", en memoria de la columna sabatina en la que escribía y desde la cual ventilaba iras, ironías, elogios, responsos y algún que otro análisis ¿Pontificaba? Creo que no. En todo caso, si no tuvo la ocasión de leerme previamente, Ud. dirá. Días acelerados, congestionados, en ese trajín, por momentos frenético, los hechos debían ser auscultados, evaluados y hasta sentenciados, si fuera menester ¿Hubo equivocaciones? Creo que sí, pero excúseme, porque en todos los casos fue por algún error de apreciación no deseado, atrapado en ocasiones en vorágines cotidianas
que, por momentos, hacen perder la perspectiva. En todo caso, he puesto siempre énfasis en dar una mirada que procurase ser todo lo honesta que podría ser y, por esa vía, tengo la conciencia tranquila del deber cumplido.
Algunos de esos trabajos - salvo los discursos presidenciales - están incorporados aquí. El 22 de junio de 2012, había renunciado a esta responsabilidad en la función pública, por considerar que se había dado un golpe parlamentario en contra de un gobierno legítimamente constituido. La masacre de Curuguaty, que fuera el detonante principal,
creo que fue generada por grupos de poder económico y político que hoy están en la administración central del país.
Pongo a consideración este compendio de mis trabajos que, si bien parcial, apunta a servir como un testimonio de quienes hemos tenido, profesionalmente hablando, el privilegio de presenciar, en primera fila, las primeras dos décadas post dictadura. Estas han tenido ocasiones fascinantes, decadentes en otras, sin dejar incluir las francamente
deprimentes. Espero pueda servir también como un material de apoyo para aquellos que están en periodo de formación universitaria de la carrera de Periodismo - para lo cual he incluido los géneros periodísticos tradicionales, de información y de opinión -, así como un acotado repaso para el público en general de tiempos de cólera, sin amor y de muchas
codicias y ambiciones, que hoy hacen que Paraguay siga siendo uno de los más injustos de América Latina.