Reseña

Letras que hablan de amor, letras que al leerlas, conducen a la luz a un hombre enamorado, sí, a un hombre apasionado y sobre todo, a un hombre comprometido con la patria.
Cuando empecé a recopilar sus letras, me imaginé que una de sus fuentes de inspiración podría ser Carta a la amada inmortal, de Beethoven. Sin embargo, su musa inspiradora fue Gloria.
Me imaginé a ese Humberto escuchando los grandes conciertos universales en su escritorio de Choferes del Chaco, disfrutando de la Concert, y escribiendo, tachando, leyendo, y volviendo a leer lo que había escrito; un Humberto con una fuente inagotable de inspiración.
Al releerlo, veo la misma pasión de Manuel Ortiz Guerrero con Endoso lírico; ese amor a la vida y al país que plasmó en Hazme un sitio a tu lado Juan Manuel Marcos.
Ese compromiso innegociable con la patria que ya manifestaron Carlos Miguel Giménez con Mi Patria soñada, Augusto Roa Bastos con Dulce tierra mía o Emilio Pérez Chaves con Paraíso del alba.
Como diría una de sus letras… Mi melodía distinta no tiene nombre y final, y hago mía esas palabras para explicar esta compilación que nace bajo el nombre de Versos eternos. Todos conocemos al Humberto Rubin, periodista, pero muy poco hemos hablado de su faceta como escritor.
Hoy hago realidad un sueño que nació hace años, en aquel tiempo cuando formaba parte de su equipo periodístico de las mañanas en Franja Roja. Hoy las Moiras del destino me han cambiado de lugar, y estoy ejerciendo la noble profesión de educador en mi alma mater UniNorte.
Pero recuerdo que ya teníamos como proyecto la publicación de estas letras con grandes amigos como Vidalia Sánchez, de Servilibro, una incansable luchadora por la cultura paraguaya.
Nery Peña