Mis días en el Museo
Historia del Museo Aviadores del Chaco y reseña biográfica de su fundadora
Quise y me propuse hacer realidad la idea del proyecto museístico aún antes de comenzar a organizarlo, cuando era solo una colección hermosa. Mi intención era que la memoria de mi padre y también la de sus compañeros aviadores se perpetuara en el tiempo, y evocara un recorrido por la memoria no solo suya sino de la patria, y la gran valentía que demostraron, en tiempos muy difíciles como fueron los de esa fatídica Guerra.
En varias ocasiones me pregunté cómo pudo mi padre tener tanto coraje para ir a la guerra siendo aún adolescente. Felizmente retornó con vida al refugio del hogar, y después tuvo una vida ejemplar para orgullo de mi familia y de la República del Paraguay.
Quería, igualmente, que conocieran algo de mi vida, de mis motivaciones y actividades, para que vean cómo a través de la cultura es posible demostrar el afecto y reconocimiento que merecen nuestros héroes.
La cultura y el conocimiento de la memoria que se expresan en un museo, es uno de los tesoros que mejor puede y debe guardar una comunidad. El museo es el depositario vivo de esos recuerdos, de los acontecimientos más importantes de la vida de una persona y de un país entero.
Según la más importante institución educativa y cultural a nivel global: la UNESCO, el proyecto museístico y su acervo "favorecen un enfoque integrado del patrimonio cultural, así como de los vínculos de continuidad entre creación y patrimonio, y permiten a sus públicos, en particular las comunidades locales y los grupos desfavorecidos, reanudar los lazos con sus propias raíces y abordar la cultura de los otros".
El Museo Aviadores del Chaco, en este sentido, es más que un espacio donde está expuesto todo lo referente a la aviación de la guerra que ensangrentó nuestro suelo entre 1932 y 1935. Es sobre todo un espacio abierto de reflexión, que aspira a cumplir un papel preponderante en el desarrollo educativo y vivencial de todos aquellos que lo puedan visitar. Es, además, un espacio que nos muestra las acciones que tuvieron que enfrentar dos pueblos hermanos, al mismo tiempo que nos enseña que nunca más deberían existir las guerras, y que no hay justificación posible para el sufrimiento y el horror que indefectiblemente ella nos depara.
Este libro, aparte de mi biografía y la de mi padre, contiene datos históricos muy importantes sobre la Guerra del Chaco, datos reflejados en el Museo y que están hoy editados y puestos en valor para la comprensión de una etapa invaluable de la historia patria.
También deseo destacar que dejé la labor de investigación, recopilación de datos familiares y referentes a la contienda, en manos del joven historiador José Federico Samudio Falcón, quien recurrió a archivos y libros de la Biblioteca Nacional y de nuestro museo, así como a largas conversaciones de trabajo para sistematizar el resultado de esta ardua investigación que hoy ofrecemos a vuestra consideración.
Mi intención nunca fue que me reconozcan por hacer un museo, sino por servir a mi comunidad desde este espacio. No obstante.
debo confesar que es para mí un orgullo que se conozcan todas las distinciones que he recibido por ello a lo largo de los años, porque mi intención también es que otros puedan alcanzar sus metas y objetivos, así como lo hice yo, a fuerza de disciplina compromiso, y la convicción de que las quimeras pueden hacerse realidad, como estas que me acompañan desde la infancia con mi padre y cuya llama sigue viva
Cada objeto en el museo, así como los actos realizados, son el resultado de una gran gestión y trabajo en equipo. Sin la ayuda de mis colaboradores y amigos, a quienes les estoy muy agradecida, esto sería, por supuesto, imposible.
Desde el inicio quise dejar registrada toda mi labor, para que las generaciones venideras puedan saber de primera fuente todo lo que trato de contribuir a mi país, al que tanto amo y al que le deseo de corazón tiempos mejores.