Reseña

Los temas que se abordan en la presente obra, siguen siendo
una materia pendiente en la actualidad, y conllevan arduos debates
doctrinarios por numerosos estudiosos del derecho penal, tanto
desde su punto de vista dogmático, como también desde una política
criminal ideal.
Entre tanta conmoción que ha sufrido el mundo en los últimos
tiempos, y precisamente a raíz de lo que resultó de la pandemia,
y el subsiguiente aislamiento social obligatorio, ha surgido
cierta reflexión sobre algunos puntos fundamentales en el mundo
jurídico.
El combate a tan temible mal con la fuerza de la solidaridad
y la pólvora de la empatía, hace aún más satisfactoria la presentación
de esta nueva obra, que no intenta ser una simple proyección
de ideas, sino una forma de crear debate con el lector.
Se han considerado aquellos desafíos del Derecho Penal de
nuestro tiempo, en cuanto a la superación de los sistemas normológicos,
en tal sentido, los capítulos responden a algunas de las preocupaciones
jurídicas del sector más dinámico de la doctrina penal
actual.
Por ello, resulta satisfactorio ofrecer, a título introductorio,
una mención, sobre la necesidad de revalorización del conocimiento
como materia prima para dimensionar los desafíos constantes
que ocupa el mundo jurídico desde sus diversas dimensiones.
Consustanciados con que una de las bases de la investigación
científica, resulta en la recolección de informaciones que sirvan de
actualización de saberes y reformulación de pensamientos. Por
ende, la presente obra busca fomentar una visión de la dogmática
penal desde una significación en el mundo jurídico; siendo indispensable
para todo profesional del derecho, con competencias técnicas
para soportar niveles de complejidad.
Sincero agradecimiento a la Universidad Americana y al gran
equipo de trabajo que se encuentra detrás, por la confianza depositada,
que tiene como resultado un aporte dogmático. Por último,
como invitación a la reflexión, permítaseme, transcribir la siguiente
frase de Umberto Eco: “Los libros no están hechos para pensar, sino
para ser sometidos a investigación –El nombre de la rosa (1980)–”.