Mi encuentro con la madre tierra
Primera infancia. Educación de pueblos originarios
El colibrí nos enseña las propiedades medicinales de las plantas, y cómo trabajar con la energía de las flores para sanarnos a nosotros mismos y a los demás. Los colibríes nos enseñan feroz independencia, nos enseñan a luchar de una manera donde no se hace daño a nadie. Nos enseñan coraje, a abstenerse de crear un nuevo trauma al comunicar-nos sin violencia con nosotros mismos y los demás, una parte importante de la curación. La recuperación de las partes perdidas de nosotros mismos nos permite ser independiente de forma saludable.
El aleteo del colibrí en sus movimientos es un símbolo del infinito, de la eternidad y la continuidad.
En la cosmovisión de este pueblo originario, el Colibrí azul es el primer acompañante de Ñamandú, el Padre Primero, ya que surgió con él en la Oscuridad, por eso son de la misma Eternidad A través de una experiencia realizada en trabajo de campo en el distrito de San Joaquín, departamento de Caaguazú (Paraguay) en la comunidad mbyá guaraní de Celano, he recogido expresiones espontáneas de la sabiduría originaria, contando para ello con la colaboración del cacique de la comunidad.