Memorias de una niña memoriosa
Un relator omnisciente va contando la historia. Esta niña memoriosa no es la voz narradora y, sin embargo, es a ella a quien podemos ver y oír.
La omnisciencia en la obra de Estela Appleyard es una perspectiva aparente. En esto consiste el mayor logro de quien, con mano maestra, combina así las voces narrativas utilizando los discursos libres con la perspectiva de una niña que va madurando su visión de la vida.
El mensaje es profundo: la sorpresa, la alegría, el miedo, el dolor, todo es seguridad y abrigo mientras campea el amor en el escenario de la vida
Cuando los recuerdos son nostalgia de un tiempo lleno de amor, de curiosidad, de descubrimiento, no son recuerdos borrosos, con niebla. Son en colores.
Esther González Palacios